De todos los oradores el que más me gustó fue, paradójicamente, uno que a priori podría no considerarse un emprendedor (en el sentido típicamente de negocios que se da a esta palabra).
Daniel Burman es guionista y director de cine. Contó como fue construyendo una productora de cine bajo el interesante lema de "personas haciendo películas". Relató con mucha claridad y sensibilidad (propia de artista) las dudas, viscicitudes y miedos que uno debe afrontar frente a un proyecto empresarial independiente. Algunas perlitas:
- Crecimiento vs identidad: hasta donde puedo hacer crecer mi empresa sin que pierda su espíritu, esa identidad original? Como guia, él no toma mas proyectos de los que puede supervisar directamente.
- Alianzas: uno quiere asociarse con alguien que quiera ganar pero, más importante, que le duela perder (no a "billeteras de payaso", como identifica a aquellos que juegan lo que no tienen miedo a perder, con lo cual no se involucran)
- Partir de una contradicción: "es imposible, pero va a salir". Asi nos sacamos un poco la presión de fallar.
- Hasta donde llevar la ambición? Ilustró maravillosamente esta inquietud: de chico le gustaban mucho las frutillas pero en su casa sólo compraban de a un cuarto kilo. Se dijo entonces que cuando fuera grande iba a ganar mucha plata, y a comprarse todas las frutillas de la verdulería. Ahora se da cuenta que un cuarto es lo máximo que puede comerse en un dia....
En fin, la combinación de la pasión por el arte, o cultura en general, con el emprendimiento me resulta sumamente antractivo. Ojalá pueda desarrollar algo con esta onda algún día.
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